jueves, 29 de octubre de 2009

"La patria de todos los vascos"

La idea no es mala: un profesor euskaldún cree ver en el último Zutabe etarra veladas amenazas a su persona. Solo las ve él. Su pareja y sus amigos le dicen que alucina, pues nunca se ha metido en política ni nada parecido, pero a él le entra una paranoia que unida al fin de la tregua y al hastío de todo lo vasco le hacen aceptar un puesto de profesor de Historia del País Vasco en un pequeño y frío pueblo de Alaska. Y allí se va. Como la asignatura es optativa se encuentra con un pequeño y variopinto grupito de alumnos muy americanizados. El primer día, el que más se acerca a la hora de situar a los vascos en el mapa los ubica en el Cáucaso. El caso es que -y aquí llega el meollo del asunto- cuando nuestro profesor repasa mentalmente qué es lo que les va a contar, se da cuenta de que no hay tanto donde hincar el diente. Porque "la historia de la literatura en vascuence es una de las más decepcionantes del hemisferio occidental"...el euskera no es para tanto y nuestra historia no es tan interesante como creemos. Así que toma una decisión fundamental: va a reinventar la historia de los vascos atendiendo a una épica fantástica que los convierte en el pueblo ancestral, indomable y misterioso que todo el mundo quiere (¿queremos?) ver. Respecto al euskera "solo les he ocultado (a los alumnos) algunos datos sin importancia, como por ejemplo el del porcentaje de palabras procedentes del latín - entre el 60 y el 65 por ciento según el filólogo Koldo Mitxelena- hecho que nunca me ha parecido muy presentable para el éxito internacional de nuestro euskera como lengua extraña y antediluviana". Y así las clases van dibujando un pueblo conectado con la mítica Atlántida, que influyó en la creación de Stonehenge, que dictó a Cervantes El Quijote y que descubrió América mucho antes que Colón....

El libro me ha resultado pesado. Creo que Iban Zaldua (Donostia, 1966) tiene espléndidos cuentos en "La isla de los antropólogos", "Porvenir" y -sobre todo- "Mentiras, mentiras" y que sin embargo sus dos novelas, "Si Sabino viviría" y ésta, se hacen plomizas. Quedarían mucho mejor con muchas menos páginas. Es decir, convertidas en cuentos.













miércoles, 28 de octubre de 2009

Luis Aguilé

Luis Aguilé falleció el pasado día 10, así que el menda no se perdonaría cambiar de mes sin dedicarle una humilde entradilla. Nació en Buenos Aires, vivió en Cuba y desde el 63 en España. Deja a sus espaldas 800 canciones, varias novelas (fue finalista bajo seudónimo en dos ocasiones del Premio Planeta), libros infantiles ,una zarzuela y apariciones en televisión para aburrir al más pintao. Se consideraba a sí mismo el inventor de la "canción del verano" con el inconmesurable tolón-tolón de "Es una lata el trabajar", toda una terapia de consolación en la que un currinche feo de cojones ("tengo una caaaaaara fenomeeeenal/ como la envidian cuando llega el caaaarnaval), al que su novia acaba de abandonar llevándose sus ahorros y su madre le da la paliza a todas horas, entona un canto a la vida...En fin, si uno repasa su lista de éxitos es apabullante. Por lo demás pasaba por ser un tío serio y honesto con barriguilla pronunciada, macro-corbatas de pesadilla y dicción marciana. Pues se fue. Y si tuviera el día cabrón añadiría..."como nos iremos todos". Pero no. La verdad es que tengo un buen día. Así que no lo voy a decir.

martes, 27 de octubre de 2009

Athletic Comedy


A mí del fútbol me apasiona todo. Menos los partidos. Todo lo demás es sensacional. Me deja con la boca abierta. Ayer las teles locales retransmitían la Asamblea de Socios del Athletic. Para qué quiero más. Eso sí que es alimento para el espíritu. Caviar del bueno. Así que arramblo de la cocina un buen puñado de nueces salvajes del Goiherri, un trozo de pan y una cervecita budweiser y me amorro al televisor dispuesto a vivir emociones extremas. Porque algo así, hacedme caso, nunca falla. De entrada el Euskalduna muestra el patibulario ambiente propio de estas ocasiones. O sea, que parece el mismísimo juicio de Nuremberg. ¡Cuánta adustez, qué seriedad, por dios¡. En el escenario la junta directiva ya está dispuesta en dos niveles. Se saben sospechosos –como mínimo- de cuchipandas zaristas, arrastran una demostrada prevaricación bananera en el reparto de entradas coperas y se les acusa de sordera aguda frente a los anti-caparrosianos, así que llegan dispuestos a tirar de albaceteña a la mínima. Se les ve en la cara. Frente a ellos, con aspecto atribulado, desmadejados en sus butacas, se sientan 627 socios sobre los que el juego nefasto del equipo en las últimas jornadas ya proyecta el terror espectral de la segunda división con guadaña y todo.
Al poco, ya está Macua soltándoles su enrevesada filípica. Y aquí tengo que abrir un paréntesis para señalar una de las grandes ventajas de vivir todo esto a través de la caja tonta: los sms que van apareciendo en la franja inferior de la pantalla y que (eso se supone) una masa de cachondos y vinagretes mandan desde sus casas. Bocato di cardinale. Cada vez soy más partidario del anonimato. Lees chorradas que dan miedo, pero ni más ni menos que cuando se hace a firma descubierta. Total, que esa jauría invisible y cruel ya empieza a meterse desde la comodidad de su hogar con el flequillo del Presi (que luce denso y apelmazado al derramarse sobre el careto angular, cetrino y mandibulario de su propietario). Luego el sms la emprende con otra de las obsesiones del personal: Yeste, chaval este al que la afición estaría dispuesta a estirparle de cuajo la testosterona, las ganas de diversión y lo que hiciera falta si eso sirviera para mejorar sus pases.
Tras una confusa faena de aliño que no consigue anestesiar del todo al rebaño, Macua cede la voz a un arma de destrucción total: Juan Antonio Zarate, más conocido como Don Celes entre los parroquianos, el gestor económico del Club. El tío ordena sus papeles, dirige una mirada de mariscal prusiano a la acojonada audiencia, les apunta con su bigote dieciochesco de alta precisión, carraspea aristocráticamente y se lanza en picado. Si hubiera un Premio Nobel al Aburrimiento se lo llevaría este hombre. Su discurso, trufado de laberínticos términos económicos, apuntilla sin piedad las cifras astronómicas de los gastos de plantilla pero sin olvidar el, aunque diminuto no menos importante, desembolso en guantes de porteros. Sin conceder una fisura al humor, ni al titubeo, sin ceder a la vulgaridad de los téminos entendibles por la plebe, hierático como una estatua parlante, la estrategia de este mariscal de hierro empieza a hacer mella en la sufrida audiencia. El patio de butacas se llena de cabeceos y sordos ronquidos. Hay testuces que ya chocan con las rodillas. Otras han encontrado algún punto de insólito interés en el techo del palacio y lo escrutan con la boca abierta de par en par. Hay gafas que caen al suelo. Se babea solidariamente mientras los segundos se expanden entre las superacústicas paredes del Euskalduna como nubes de cloroformo. Solo entre los sms queda algo de vida activa: “Mi suegra ya se ha tirado por la ventana. Gracias Don Celes”.
Tras varios lustros la pesadilla llega a su fin con la rúbrica de dos tímidos aplausos. Hay algunas toses y la cámara enfoca a un señor de camisa imposible que se despierta ahora con esos ojos alucinados que acompañan a preguntas interiores del tipo: ¿dónde estoy?¿qué hago aquí?¿cómo me llamo? y cosas por el estilo.
La presidencia da paso al socio 10.022, un tipo que sube al estrado con una cara de mala ostia que no veas y que promete emociones fuertes. Y el tío no defrauda: en un tono de irritación absoluta y dirigiendo una mirada asesina a los miembros de la Junta exige –en aras a no sé que artículo de los estatutos- la retirada inmediata de toda la Prensa del acto. Despues, convertido en una furia y rozando el infarto de miocardio, señala a las cámaras y amenaza a todo dios con ponerles denuncias a tutiplén si osan sacar su imagen o su voz o su nombre en cualquier medio visual, sonoro o escrito. La repera. Los pérfidos sms reaccionan de inmediato: “¿Este está borracho o qué?”, “Con esa cara no me extraña que no quieras salir”,”A este se la pega la parienta y está avinagrao”, “Este es tonto o de la Real”,”Sal con capucha si no quieres que te saquen”…y cosas así. Yo me meo, de verdad.
La junta se quita de encima al energúmeno con un par de frescas legalistas que le dejan turulato y llama a la siguiente víctima, el socio 10.201, un señor de cara muy seria que, eso sí, luce una camiseta cutre y flipante de color azul con el siguiente mensaje :” A mí solo me entiende mi gato”. Impagable.
Y yo aquí ya no puedo más. De verdad. Ni los Monty Phyton. Me va a dar algo.
Así que, con harto dolor de mi corazón, pero en legítima defensa, apago la tele y me dedico a otras cosas.

viernes, 23 de octubre de 2009

El 15.


Hoy he soñado con el 15.

Hubo un tiempo -no muy lejano- en el que la línea de autobuses que surcaba la Margen Izquierda desde Bilbao a Santurce estaba compuesta por autobuses ingleses de dos pisos. Eran rojos, con el volante a la derecha y habían llegado hasta aquí tras ser jubilados por el ayuntamiento de Londres . Hacer ese trayecto (Línea 15) sentado en el asiento delantero de la parte superior de uno de ellos era una experiencia solo comparable a la ingestión de una buena tortilla de hongos amazónicos. Mientras era mecido por un bamboleo pendular que desafiaba las leyes de gravedad, ante el pasajero desfilaba un paisaje digno de El Bosco (con el gentil añadido de la lluvia vasca). Simpáticas vagonetillas cargadas de carbón flotaban aquí y allá rodando sobre cables aéreos de una forma autónoma y acompañando al autobús un par de kilómetros, tal y como las gaviotas acompañan al pesquero en su salida a alta mar, acercándose y alejándose, jugando con él; grasosos barreiros que rugían aplastados por piezas roñoferrosas de todos los tamaños iban quedando atrás mientras nubes de vapor oscuro modelo La Venganza de Drácula surgían de todos los lados intentando ahogar el bus, que las atravesaba conteniendo la respiración, con un índice de supervivencia de cara o cruz; y ahora, de pronto, los altos hornos se materializaban allí enfrente como una explotación marciana, una ciudad paralela, una enorme masa luciferina dotada de unas entrañas barrocas de tubos y manivelas, juntas y espitas, tuercones y engranajes, entre los que explosionaban pedos de gas y corrían ríos de lava. Y todo con la banda sonora de mugidos de ultratumba y uñas colosales arañando pizarras invisibles....El 15 piafaba, bufaba, gorjeaba, rugía y sudoraba, tragando millas, rozando literalmente los balcones de Sestao, inclinándose una y otra vez sobre la ría negra y densa que le tentaba desde allí abajo, deteniéndose aquí y allá para recibir grupos de currinches de gesto sombrío, con viejos anoraks de olor a aceite y gastadas minibolsas de deporte de asas diminutas y propaganda a los lados en las que se escondían tarteras abolladas...El 15 hacía todo eso y mucho más...hasta escupirte finalmente con saña en el rincón oscuro por tí elegido.
El trayecto debería estar en yutube. Cómo me gustaría.
Pero no.
Todos estos momentos se perderán en el tiempo....
Como lágrimas en la lluvia.
Postdata: la foto es de un trolebús en Bilbao. Detrás, el viejo Arriaga. No he podido encontrar ninguna foto de un verdadero 15 atravesando el averno. Sniff.

jueves, 22 de octubre de 2009

my generation

He aquí la historia de mi generación resumida en una sola frase:

" Es mucho más fácil luchar por unos principios que vivir de acuerdo a ellos"

martes, 20 de octubre de 2009

poe

Edgar Allan Poe vivió cuarenta años, los que van desde su nacimiento en 1809 hasta el día de su extraña muerte en 1849. Fue huérfano y un alcohólico empedernido. Contaba 26 años cuando se casó con su prima de 13. Conoció la pobreza absoluta y su día a día era, la mayor parte del tiempo, una lucha desesperada por seguir adelante. Cambió de casa y de trabajo mil veces...y en medio de todo esto supo escribir un puñado de cuentos que son de una precisión sobrecogedora. Hoy, en el siglo XXI, doscientos años más tarde, siguen siendo modélicos. Muchos escritores que vinieron despues, el cine, la televisión (ay, aquellas "Historias para no dormir") y la cultura pop (música, comics, estéticas oscuras) tienen una deuda con él. Yo tambien. Poe fue para mí un salto cualitativo en las lecturas, el definitivo empujón a una literatura "seria". Tendría trece o catorce años cuando cayó en mis manos un libro de tapas duras titulado "Historias Extraordinarias"(creo recordar que me llegó vía uno de mis hermanos del alma : Manu). Pasé por "El doble crimen de la calle Morgue", "El Gato Negro", "La caída de la Casa Usher" , "El Pozo y el Péndulo" y el resto de sus alucinaciones casi sin respirar, con la boca abierta de asombro; me sentaba a comer y lo hacía a toda ostia, deseando volver al...terror. Esta deuda es impagable, así que estos días he hecho lo mínimo: saber algo más de ese tipo que juntaba letras de esa forma tan formidable gracias a esta biografía: "Poe. Una vida truncada" de Peter Ackroyd. Estupenda. La clara demostración de que cuando algo pide paso desde las mismas entrañas al final acaba saliendo, caiga quien caiga.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Maldito Tarantino

Salgo de ver "Malditos Bastardos" con la sensación de haber asistido a una sinsorgada de tomo y lomo. Voy a ser generoso: la peli se acaba en el minuto 10, justo cuando aparecen los malditos "malditos bastardos" en escena. A partir de ahí mister tarantino me tortura con autohomenajes comiqueros reketevistos, música spaguetti , un bochornoso hitler de televisión local, golpes de violencia del tipo "a-ver-si-aguantas-esto" y un "malo" que, si bien al principio hace alarde de una temible inteligencia, al final -sin venir a cuento- se convierte en un histérico tonto del culo.
Quentin, si lees esto que sepas que con el menda se te acabó el crédito.
Conmigo ya estás en números rojos.
Postdata: dije lo mismo cuando me quedé dormido viendo Kill Bill 1.

martes, 6 de octubre de 2009

Miles 1


Este año se cumplen 50 de la grabación de "Kind of blue", algo así como el gran disco de la historia del jazz, su sargento Peppers, la piedra de toque de uno de esos cambios de rumbo que una y otra vez ha salvado el culo a la música. Lo perpetró un puñado de gigantes en estado de gloria comandados por Miles Davis, un tío chulo sobre el escenario y fuera de él con un sonido de trompeta ya absolutamente personal y que estaba destinado a una vida profesional realmente aventurera. Parieron el producto en tan solo dos sesiones y el resultado es estupendo. No soy ningún experto en jazz, que yo sepa, con lo que puedo afirmar que el disco es asequible. Perfecto para darse el primer remojón en este tipo de música. Denso, ventoso y elegante como las tardes de otoño que ,en breve, se nos vienen encima.

jueves, 1 de octubre de 2009

Lágrimas de Sumatra


Aterrizamos en Sumatra pocos meses antes del primer tsunami. Prácticamente en el avión, me acababa de enterar de que la isla era más extensa que Alemania y de que en ella se hablaban más de 50 lenguas. Repito: más extensa que Alemania, 50 lenguas. Sumatra. Nada que ver con Menorca. Ni con Gran Canaria. De la variedad de especies animales, plantas y árboles mejor ni hablar. Pero si yo estaba allí era por el misterio que ese nombre siempre ha ejercido en mí. Sumatra es el remoto lugar al que se encamina el barco de King Kong, el escenario (aunque sea en cartón piedra) de una de las aventuras más grandes contadas en cine; y en Sumatra inaginé durante mucho tiempo (cuando en realidad fue rodada en Nueva Zelanda) la zona en blanco, el rincón no cartografiado al que se dirige el grupo de hippies de "La Vallée", esa extraña película a la que puso música Pink Floyd ("Obscured by clouds") y que pude ver alucinado en plena adolescencia en un cine ya desaparecido (como todos) de Bilbao. Pocas veces sucede, pero los cinco días que pasamos allí estuvieron a la altura de la leyenda que yo arrastraba en mi cabeza.
Un recuerdo: el coche detenido al atardecer en una carretera solitaria para ver un grupo de orangutanes que habían salido de la nada y saltaban por las copas de los árboles. Y ver como uno de ellos (solemne, inmenso, ancestral) se detenía de pronto allí arriba y nuestras miradas se cruzaban un breve instante de vértigo infinito.
Y la gente. El purísimo guía Parlin. Los niños tan inquietos, tan dinámicos, tan vivos. La alegría de una gente que creía que Sumatra iba a despegar al turismo, como Bali, ¿por qué no?.
Un par de meses despues, todos esos sueños se los llevaba el tsunami. 250.000 muertos. Zona más afectada: norte de Sumatra.
Ahora, cuatro años despues, veo imágenes del desastre de ayer.
Pobre Sumatra.
Pobre gente.
Lloro por ellos.
Qué puta mierda.