Mientras casi con toda probabilidad dormías, a las cuatro y media de la
mañana del pasado 14 de mayo, rompiendo la densa oscuridad de la cúpula
celeste, un gigantesco paracaídas blanco se encargaba de proporcionar un aterrizaje lo más dulce posible a la nave
Soyuz TMA-07M sobre la dura piel de las estepas de Kazajistán. Este tipo de
alucinantes viajes y su llegada a destino, se han convertido en algo tan
habitual que no hay ningún periodista, ningún medio de comunicación que les
preste atención. En el interior de la cápsula, sucios y cansados, tres
astronautas regresan a la tierra tras estancias dispares en la Estación Espacial
Internacional (ISS). Uno de ellos es Chris Hadfield, de 56 años, que se ha ganado
a pulso en los últimos meses el apelativo de “el astronauta tuitero” gracias a su
frenética actividad en las redes sociales durante su estancia en la plataforma
cósmica. A través de ellas no solo mantuvo un divertido y multiseguido diálogo
con el Capitán Kirk de la saga de Star Trek y proporcionó curiosos videos
sobre la vida espacial donde mostraba las dificultades de llorar en el espacio
o el cuidado que hay que tener al cortarse las uñas, pues un diminuto fragmento
robado por la gravedad puede acabar dañando cualquier trasto de suma
importancia para el buen navegar de la Estación, sino que también dio rienda
suelta a su afición por la música facturando una serie de interpretaciones de
las que conmueve especialmente esta última, su versión, como anillo al dedo,
del “Space Oddity” de Bowie.
1 comentario:
muy buena entrada.pero ¿De donde sacó toda esa orquesatción? ¿Y las cámaras?
Publicar un comentario