"En la "sociedad del espectáculo" lo natural es interesarse por lo espectacular, es decir, por el terrorismo. No obstante, sin perjuicio de su importancia, es evidente que la cuestión terrorista no puede monopolizar la cuestión de la seguridad internacional, so pena de que se instalen en la sociedad, de manera definitiva, actores criminales más nocivos a largo plazo. El terrorismo transnacional representa una amenaza indudable de carácter estratégico. Ahora bien, ese terrorismo constituye una manifestación superficial, visible y molesta, mientras que el fenómeno mafioso resulta discreto e indoloro. Es la misma diferencia que puede existir entre una simple enfermedad de la piel y un cáncer."
"El G9 de las mafias del mundo" de Jean Francois Gayraud
10 comentarios:
Si, pero ¿donde empieza lo uno y acaba lo otro? Al final son las palabras las que traicionan. Putin y su polonio son terrorismo y las FARC (por poner un ejemplo lejano) tienen comportamientos mafiosos evidentes. Al final veo a la izquierda defendiendo el mercado (justo y real, no especulativo) y la ley. Cágate.
Razón tienes, lo mezclado que está todo. Ahora bien, el texto este intenta sacar a flote los increíbles tentáculos políticos y económicos de las mafias y su alcance.Las mafias de verdad, definidas por este autor (comisario de policia, sociólogo y uno de los mayores expertos en este asunto) a la perfección:cita nueve, entre las cuales no reconoce ni una "mafia rusa" ni una "mafia colombiana"...que son más bien producto de una utilización peliculera de la palabra ( a la que tambien tú y yo estamos acostumbrados,hay que quitársela de encima ahora), pero lejos aún de la organización invisible y rigurosa de las que dota a las mafias reales. Es lo que él llama la gran criminalidad y que se distingue del terrorismo en puntos vitales: una busca no salir a la luz jamás, el otro, aún a través de la clandestinidad, aspira a expresarse en un escenario real mediante un atentado o una acción similar;la lógica terorista propugna la confrontación, la criminalidad busca su integración en el sistema...etc. El autor dice: cuidado, pues de un aspecto hablamos sin parar, frente al otro estamos ciegos, hemos caído en su trampa...El uno tapa al otro. ¿A quién beneficia? Y comienza a dar datos muy, muy concretos...económicos y políticos.
"¿A quién beneficia?" es la pregunta que en una película se pregunta el detective de turno ante un asesinato. Respondiéndola ya sabemos los culpables. El por qué, los motivos, son más fáciles de adivinar.
Muy interesantes estos textos que incorporas al blog Bruno Pekín.
un saludo,
El Conde
Ya. Pero tras tantos años de pajas militantes tiendo a desconfiar del lema "los Malos son ellos", siempre muy poderosos y organizados contra nosotras, pobres ovejitas santas y justas.
¡pues claro que ellos son malos¡¡y organizados¡¡pero eso no te hace bueno a tí¡¡ni menos jilipollas¡¡ni menos egoísta¡¡ni menos complaciente¡¡ni menos cómplice¡¡ni menos cobarde¡...joder, creí que al menos eso lo teníamos claro.
Resumiendo: Todos somos cómplices de la mafia (que abarca casi todo), además de gilipollas, complacientes, egoistas y cobardes...uff. ¿No tendrás una digestión pesada o así?
Bueno, creo que a Bruno le faltaba por decir (y que creo que él tb va por ahí) que eso no te hacen ni más ni menos gilipollas,etc.
Es decir, la "maldad" de estos malos organizados no nos hace al resto diferentes de lo que somos. Los que son egoístas y cobardes lo son independientemente de los "malos". Y los que son lo contrario, también.
Gracias por la ayuda, Conde, pero me temo que a esta alturas, a roberto solo le puedo responder que sí. Sí: somos jilipollas, complacientes, egoístas y cobardes. Y solo muyyyyy de vez en cuando heroicos, realmente generosos, despiertos y arriesgados. Así es la vida. No la he inventaaaaaaado yooooooooo...
De cualquier manera, somos gilipollas y no jilipollas. ¿no?
¡Es berdad¡ Jracias, hamigo.
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