martes, 24 de septiembre de 2013

INEM



Todo el mundo sabe que la Oficina del Paro no es el lugar más divertido del mundo. El nivel de drama humano que se condensa entre estas paredes convierte cualquier atisbo de buen humor en una imperdonable inmoralidad. Por eso ahora, mientras formo parte de un funerario y variopinto grumo humano en espera de que el número y letra del papelillo que tenemos en la mano aparezca en el  letrero electrónico de la pared junto al número de una mesa hasta la que tendremos que correr para formular nuestras consultas, por eso ahora, digo, tengo que morderme el labio hasta hacer sangre para no estallar en carcajadas ante la visión de la chica que tengo en frente, una africana de ciento cincuenta kilos de seriedad ancestral con una camiseta negra que le llega hasta la mitad de las rodillas en la que puede leerse en letras gigantescas: “PERFECT BOYS ONLY EXIST IN BOOKS”. 

2 comentarios:

CAMIO dijo...

echaba de menos tus textos, llenos de sabrosa ironía.

Un placer que vuelvas.

Bruno Pekín dijo...

Saludo enorme, Camio. Algún día otra cerveza portugaluja. No estaría mal.