viernes, 21 de marzo de 2008

Oda a El Corte Inglés




Tiene que ser por algo relacionado con la infancia pero os aseguro que El Corte Inglés me relaja. De pronto, cae una de esas txaparradas tan bilbaimas que te calan hasta el alma y ¡toma¡ ya estoy dentro, casi sin darme cuenta. Si fuera se oye un trueno, la viñeta alcanza la perfección. Acabo de entrar en un universo acogedor, la cueva húmeda del homínido. Es un viaje en el tiempo, porque -en lo fundamental- el superalmacén conserva la esencia de siempre, esa que el Bilbao postmoderno anda asesinando en cada esquina con la ayuda mercenaria de arquitectos verticalistas. Pero en El Corte todo tiene un aire rancio, dependientes veteranos flotan aburridos de un lado a otro observando con sorna la energía de las txabalitas subcontratadas, señoras solitarias levitan hasta la planta de las gangas mirándose el peinado en los reflejos de las paredes, carteristas profesionales pasan el rato detectando a los los polis de paisano ... y en medio de semejante opereta uno puede dejarse llevar de un lado para otro hasta perder por completo el norte. Ni el Guggi, ni el Euskalduna...nada puede compararse al salto evolutivo que experimentó esta ciudad con la llegada de El Corte Inglés. Fue hace cuarenta años y lo hizo con el arriesgado slogan "Su especialidad es la falta de especialidad". Los fastos de la inauguración duraron una semana con sensacionales desfiles de modelos en el Pabellón de la Casilla y un final de fiesta en el que actuó la eléctrica Salomé que venía de ganar (ex-aequo con algunos más) el festival de Eurovisión. Desde aquel día, la Gran Vía no volvió a ser la misma, Bilbao fue un poquito Europa y hasta algún donostiarra llegó a decir, "oye, eso tenemos que ver".


Y hasta hoy.

5 comentarios:

nineuk dijo...

Si, pero, es curioso, ningún dependiente tiene la tez morena o achinada... ¿por qué?

Bruno Pekín dijo...

Hostia, kamarada, buena pregunta. Supongo que es una cuestión de tiempo -no, ¡estoy seguro¡ ¡claro que es una cuestión de tiempo¡- pero El Corte resistirá hasta el último momento. Como el Euzkadi Buru Batzar (donde todavía no veo mucha tez morena ni achinada), el Athletic, la redacción de las radios, el consistorio bilbaino y tantas otras cosas tannnnnnnnnn nuestras, ¿no?. McDonnalds es otra cosa. Aunque esté en la Gran Vía.

nineuk dijo...

Bueno, pero no me vale. El comercio es uno de los sectores donde sí hay inmigración a saco y El Corte Inglés (todos los cortes ingleses) muestra una postura "editorial" cuando menos curiosa. El Athletic ya tiene negros y supongo que no te referirás a las múltiples radios Tropicales que crecen como setas. Hasta el PNV usó argentinos en su última campaña (quizá por eso los resultados (?)...

Bruno Pekín dijo...

Vale. Aceptemos que el athletic tiene una relación con "lo de fuera" abierta, fluida y normal (cuando -para bien o para mal, que ahí no me meto- la tiene especial de cojones, ¿no?). Aceptemos que nuestras radios (las nuestras,las de siempre, TU redacción sin ir más lejos) esté llena de rasgos morenos y achinados con derecho a micro (ya me dirás) Y que el Euskadi Buru Batzar rebosa rumanos...vale, que sí. Y El Corte, ¿por qué no?, preguntas, y preguntas bien, porque ver, pues no se ven...¿política de empresa?¿sucede en todos sus centros? ¿hay una cláusula interna que excluya cualquier contrato que no sea "de raza"?...Pues vete tú a saber...En vaya lío nos hemos metido...Como no venga un directivo de la megaempresa a aclararnos algo...y, claro, dada la popularidad de este blog podemos estar esperando seis o siete décadas, kamarada, así que pos más vale que te acomodes. Y con el número de urgencias bien a mano.

nineuk dijo...

Bien. Pues dejando a un lado la cuestión, sí, es verdad, el Corte Inglés fue refugio para muchas infancias/preadolescencias aventureras y su sección de discos y ofertas un paraiso...