Hay libros para estómagos bregados y este es uno de ellos. "Fiambres" de Mary Roach es una exploración contagiosamente alegre de las crueles diligencias practicadas con algunos de nuestros cuerpos cuando, una vez exhalado el último suspiro, los abandonamos a su suerte en los umbrales de la tumba: cadáveres abiertos en canal y en el altar de la ciencia, difuntos que contribuyen al avance de la ciencia con los genitales perforados o los ojo extraídos, fiambres arrojados desde aviones o cosidos a balazos para verificar la eficacia de nuevas armas....
El párrafo que sigue a continuación pertenece al capítulo dedicado a la utilización de cadáveres en la prevención de muertes y lesiones por accidente de tráfico...
"Sin embargo hay otro tipo de pruebas de choque que todavía se realizan con animales , pese a que los simulacros resultarían mucho más fieles si se usaran cadáveres. Se trata del estudio pediátrico del impacto. A ningún niño se le ocurriría donar su cuerpo a la ciencia y a ningún investigador se le ocurre sacar el tema cuando tiene delante a unos padres en duelo por la muerte de su hijo, a pesar de la acuciante necesidad de información sobre las lesiones infantiles causadas por el airbag. "Es un problema de difícil solución -me confesó Albert King-. Tratamos de estudiarlo con babuinos del mismo tamaño, pero las fuerzas implicadas son totalmente distintas. Además, el cráneo de un niño no está completamente formado y, al desarrollarse, va cambiando su respuesta". En 1993 un equipo de investigadores de la Universidad de Heidelberg tuvo el valor de realizar una serie de pruebas de choque con cadáveres de niños y la audacia de hacerlo sin el consentimiento de los padres. La prensa se enteró, la Iglesia tomó parte en el asunto y el centro de investigación tuvo que cerrar".
Oh, ya¡ Ahora viene lo de "ya te vale, tío", "joder con el puto Bruno, vaya morbo"...¡ya¡ , sigamos cerrando los ojos, y hacedme vudúh mental si queréis.... pero guardad la distancia con el de delante, si no os importa, claro.
3 comentarios:
Tranqui Bruno, Mcnamara lo cantó y los "pofesionales" de los media lo sabemos bien: "Lo que no tiene morbo es un estorbo". Por eso "Hombre muerde perro " funciona y "Perro muerde hombre" no.
Gracias hermano. Me dejas más tranquilo. Tú sí que sabes.
Le decía, segunda vez que redacto el comentario, que ando leyendo este libro y me gusta la forma en la que la autora trata el tema, con ironía y mala leche.
Y es que al final, por muy millonarios o muy pobres que seamos, todos termiramos con nuestros huesos en el cementerio.
Vine. Vi a Mary Roach. Comenté. Y me fui.
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